Un abono bien maduro necesita tiempo para que los organismos del suelo puedan producir una estructura de miga fina. Pero también puedes utilizar el abono para el cuidado del suelo de antemano.

¿Cuánto tiempo lleva el compostaje?
El tiempo de compostaje varía según las condiciones y los materiales. En tres fases de desarrollo (fase de degradación, fase de conversión y fase de construcción y enfriamiento), se crea un abono bien maduro en un plazo de 6 a 12 meses, que puede utilizarse para el cuidado del suelo y el cultivo de plantas.
Las tres fases de desarrollo
- Fase de desmantelamiento
- Fase de reconstrucción
- Fase de acumulación y enfriamiento
Fase de desmantelamiento
Empiece a preparar la pila de abono en primavera para que el contenido se pudra durante el verano. La fase de desmantelamiento tiene lugar en las primeras una o dos semanas. En el interior de la pila de abono hay altas temperaturas, entre 60 y 70 grados centígrados. Los procesos de descomposición en este rango de temperatura se denominan descomposición en caliente. Las temperaturas surgen de la actividad de bacterias y levaduras que descomponen los carbohidratos y las proteínas. Las altas temperaturas matan los gérmenes y las bacterias y garantizan la muerte de las semillas de las malas hierbas.
Fase de reconstrucción
Después de la podredumbre caliente, comienza la fase de conversión, que dura entre cuatro y cinco semanas. Los hongos de la capa se depositan en el compost y convierten las grasas y ceras en sustancias húmicas marrones. Las temperaturas en el compost se van enfriando gradualmente.
Fase de acumulación y enfriamiento
En la tercera y última fase, tienen lugar los procesos de acumulación y enfriamiento. Esta fase dura varios meses dependiendo de las condiciones climáticas. La fauna del suelo, compuesta por gusanos, ácaros y cochinillas, tritura la materia orgánica y la descompone en abono.
Abono fresco y abono maduro
Después de unos tres o cuatro meses ya se puede utilizar el abono grueso. La tierra de abono contiene partes de plantas que no se pudren, como esquejes de árboles u otros residuos de plantas que contienen celulosa. Este abono fresco se utiliza para el cuidado del suelo. Puede usarlo como mantillo y aplicarlo como capa protectora en los lechos cosechados. Durante este tiempo puedes mover el abono para acelerar el proceso de descomposición.
El abono sigue madurando durante el verano. En condiciones óptimas, el abono maduro se crea después de unos cuatro a seis meses. Dado que las condiciones tienden a fluctuar, es necesario esperar de seis a doce meses para que se desarrolle un suelo quebradizo con un olor fresco a suelo de bosque. Si haces el abono en otoño, los procesos de descomposición descansarán durante el frío invierno. Este abono tarda más en madurar por completo.
Después de un año el ciclo comienza de nuevo. Las últimas sustancias orgánicas restantes se descomponen. Este sustrato rancio es ideal para cultivar plántulas y como tierra para macetas.