La aulaga no sólo se considera muy fácil de cuidar y robusta, sino también resistente y floreciente. Esto lo hace casi ideal para jardineros novatos y/o jardineros aficionados con poco tiempo. Sin embargo, de vez en cuando puedes encontrar aulagas secas.

¿Por qué se secó mi aulaga y todavía puedo salvarla?
La aulaga seca a menudo es causada por muy poca agua al plantar, raíces pivotantes retorcidas, fertilización incorrecta o plantación tardía en otoño. Si las partes aéreas de la planta se ven afectadas, es posible que puedas salvar la aulaga cortándola y agregando tierra fresca.
¿Por qué se ha secado mi aulaga?
Una aulaga puede secarse por varios motivos. Esto suele deberse a que se cometieron errores durante la siembra. Las raíces pivotantes no deben dañarse al plantar, es decir, no deben doblarse ni romperse. Para ello, el hoyo de plantación debe ser lo suficientemente profundo. También es mejor comprar una escoba en una maceta en lugar de una planta de raíz desnuda, así las raíces no se dañarán durante el transporte.
Si la aulaga se planta demasiado tarde en el otoño, es posible que no crezca adecuadamente hasta el invierno o que no forme suficientes raíces. Algo parecido ocurre si no se riega suficientemente la aulaga al momento de plantarla. Por otro lado, si riegas demasiado, las raíces pueden pudrirse debido al encharcamiento resultante, y la planta también se secará. Una fertilización incorrecta ocasionalmente causa daños similares.
Las razones más importantes para una apariencia seca:
- Muy poco riego durante/después de la siembra
- Raíz pivotante doblada o rota al plantar
- plantado demasiado tarde en otoño
- fertilizado incorrectamente
- Planta de contenedor no regada lo suficiente
¿Cómo puedo salvar mi aulaga?
Si tu escoba aún se puede salvar depende de qué parte de la planta aún sea viable y de cómo se vean las raíces. Si están podridos o congelados, probablemente ya no puedas salvar tu escoba. Sin embargo, si el daño solo afecta las partes aéreas de la planta, inténtalo.
Corta la aulaga hasta obtener madera viva y, si es necesario, dale tierra fresca y magra. En el caso de una planta en maceta, suele ser suficiente regarla regularmente, pero con moderación en el futuro.
Consejo
En el macizo, una aulaga bien desarrollada no suele necesitar ningún riego, sino que se cuida a sí misma gracias a su larga raíz principal. Si crece en maceta, entonces el suministro de agua es tu trabajo.