Como muchas otras plantas con flores particularmente magníficas, la corona imperial (Fritillaria imperialis) es venenosa. Por eso, no es necesario prescindir necesariamente de las flores características de su jardín, pero sí debe tener cuidado con las mascotas y los niños pequeños.
¿Es venenosa la corona imperial?
La corona imperial (Fritillaria imperialis) es venenosa, especialmente cuando se come hojas y bulbos. Las toxinas pueden provocar diarrea, náuseas, vómitos y, en el peor de los casos, trastornos cardiovasculares y paro cardíaco. Se recomiendan precauciones con mascotas y niños pequeños.
La corona imperial es particularmente tóxica cuando se consume
Si usas guantes (9,00 € en Amazon) al plantar y podar la corona imperial y te lavas las manos antes de tocar cualquier membrana mucosa, las toxinas de las hojas y los bulbos de la corona imperial no deberían causarte Cualquier problema de salud se prepara. Sin embargo, las cebollas almacenadas en la casa antes de plantarlas no deben confundirse con las comestibles, de lo contrario pueden ocurrir los siguientes problemas:
- Diarrea
- Náuseas
- Vómitos
- Muerte por trastornos cardiovasculares graves y paro cardíaco
Es mejor evitar el uso de la corona imperial como protección contra los ratones de campo en el jardín durante algunos años, si los niños más pequeños pueden moverse libremente en el jardín con regularidad.
Consejos y trucos
Los niños y jóvenes debidamente informados sobre la toxicidad, así como los animales domésticos como perros y gatos, generalmente no atacan las hojas de la corona imperial. Sin embargo, puedes estar seguro cuando se trata de la pila de abono cubriendo los esquejes de coronas imperiales con una capa de hojas o recortes de pasto.