Si las hojas de la cereza de laurel se vuelven marrones y secas, puede haber varias razones. Nos gustaría ayudarle a descubrir el motivo y ofrecerle las medidas de tratamiento adecuadas.
¿Por qué el laurel cerezo tiene hojas marrones?
Las hojas marrones del laurel cerezo pueden deberse a daños por heladas, sequía, podas incorrectas, enfermedades o plagas. Evite estos problemas con protección vegetal resistente al invierno, riego adecuado, herramientas de poda mecánica y tratamiento oportuno de las infestaciones de hongos.
Daños causados por heladas o sequía durante los meses de invierno
No todas las variedades de laurel de hoja perenne son completamente resistentes. Los daños por heladas a menudo sólo se hacen evidentes en la primavera siguiente, cuando las hojas del árbol se vuelven marrones y se secan. Dado que el laurel cereza evapora mucha humedad a través de sus hojas en los días soleados de invierno, los daños por sequía no son infrecuentes. El suelo helado imposibilita que la planta compense la pérdida de líquido.
Corte los brotes congelados o secos profundamente en la madera sana. Como medida preventiva, en zonas muy duras se debe proporcionar a la cereza de laurel suficiente protección invernal. Riega el árbol en los días sin heladas.
Error al cortar
Si utilizas tijeras motorizadas al cortar el seto de laurel y cerezo, dañarás muchas hojas innecesariamente. El borde de la hoja se vuelve marrón, el follaje se seca y posteriormente se desprende de la planta. Por lo tanto, al podar el laurel cerezo utilice únicamente herramientas de corte mecánicas (14,00 € en Amazon).
Enfermedades y plagas
Si el follaje del laurel cereza muestra pequeñas manchas de color marrón rojizo que la planta arroja después de un tiempo, podría ser una enfermedad de escopeta. Es causada por un hongo que se multiplica explosivamente, especialmente en veranos húmedos, y puede provocar la muerte completa de la planta.
Si la infestación es leve, puede ser suficiente cortar las hojas afectadas y recoger las hojas caídas del suelo. Destruya las partes de la planta con los desechos domésticos, ya que el hongo sobrevive en el abono y se propaga nuevamente en el jardín cuando se aplica el fertilizante. Para infestaciones más graves, la inyección se trata con pulverizaciones de fungicidas, que se repiten una o dos veces a intervalos de catorce días.