Muchos jardineros ya han calculado mal el potencial de crecimiento de sus árboles frutales, ya que el pequeño manzano de sólo un metro de altura amenaza con convertirse en unos pocos años en un gran árbol frutal con una amplia copa. Si la ubicación actual no ofrece suficiente espacio, tiene sentido trasladarla. Esto suele funcionar sin problemas siempre que el árbol no haya estado en este lugar durante más de tres o cuatro años.

¿Cuándo y cómo trasplantar árboles frutales?
Al trasplantar árboles frutales, lo ideal es el trabajo preparatorio en otoño y el trasplante en sí en primavera. En otoño, corte las raíces alrededor del árbol, llene la zanja con abono y deje reposar el árbol durante al menos seis meses. Pasado este tiempo, el árbol se puede trasplantar y al mismo tiempo podarlo en un tercio.
¿Primavera u otoño? El mejor momento para trasplantar
Los árboles frutales jóvenes deben plantarse en otoño si es posible. Sin embargo, si se va a trasladar un árbol más viejo, se recomienda esta medida a principios de la primavera. El trasplante siempre significa un estrés extremo para una planta, especialmente porque muchas raíces, especialmente las raíces finas, se destruyen durante una operación de este tipo. Para limitar los daños y facilitar el crecimiento del árbol en el nuevo lugar, conviene realizar las medidas preparatorias en otoño y, finalmente, el traslado propiamente dicho en primavera.
Trabajo preparatorio
En los viveros de árboles, los árboles y arbustos generalmente se replantan cada tres años. La razón de esto radica en el desarrollo de las raíces: cuanto más tiempo permanece un árbol en su lugar, más se alejan sus raíces del tronco, lo que a su vez hace que la replantación posterior sea más difícil o incluso imposible. Por otro lado, el corte frecuente de las raíces asegura que el rizoma permanezca compacto. Si se va a trasplantar un árbol frutal viejo en el jardín, se puede proceder del mismo modo y limitar los daños desde el principio:
- En el otoño, antes del trasplante, corte las raíces del árbol por todos lados.
- Para hacer esto, cava una zanja ancha alrededor del árbol.
- El diámetro debe ser ligeramente mayor que el ancho de la copa del árbol.
- Utiliza una pala afilada (29,00 € en Amazon) para cortar las raíces.
- También corte las raíces debajo del cepellón.
- Mezclar el material excavado con abundante abono maduro.
- Rellena la zanja de nuevo.
- Riegue bien el árbol y cubra el área de la raíz.
Ahora el árbol debe permanecer en su ubicación durante al menos medio año, y preferiblemente un año. Durante este tiempo desarrolla un sistema de raíces capilares compacto cerca del tronco, lo que le facilitará el crecimiento en la nueva ubicación. Ahora puedes volver a abrir la zanja rellenada, desenterrar el árbol y volver a colocarlo en su nueva ubicación.
Consejo
Tiene sentido combinar el trasplante con una reducción de aproximadamente un tercio.