El ciprés calvo (Taxodium distichum) proviene originalmente de los pantanosos Everglades del sur de Estados Unidos y, desde el punto de vista botánico, es un árbol de secuoya. Este árbol, que crece hasta 35 metros de altura y es extremadamente longevo, ya estaba muy extendido en el período Jurásico, hace unos 200 millones de años. El robusto ciprés calvo es ideal para el cultivo de bonsái.
¿Cómo cuido un bonsái de ciprés calvo?
Para un bonsái de ciprés calvo necesita un lugar al aire libre soleado y aireado, suelo húmedo y arcilloso y riego regular con agua con bajo contenido de cal. Pode cada 6 a 8 semanas entre mayo y septiembre, fertilice durante la temporada de crecimiento y trasplante cada 3 años.
Ubicación y sustrato
Si es posible, mantenga su ciprés calvo al aire libre durante todo el año porque el árbol necesita mucho sol y aire. Además, este bonsái es bastante resistente al invierno, pero se le debe proporcionar una protección ligera durante el invierno (por ejemplo, hojas, matorrales) y colocarlo en un lugar protegido. Como sustrato es adecuado el suelo más húmedo, arcilloso y que almacene bien el agua. Como residente de los Everglades, el encharcamiento no molesta al ciprés calvo, sino todo lo contrario: el mejor lugar es un lugar justo al lado o incluso dentro del agua, por ejemplo en un estanque de jardín.
Riego y fertilización
Los cipreses calvos siempre deben mantenerse húmedos y no permitir que se sequen. Lo ideal es cubrir el sustrato con musgo o mantillo para evitar que se seque. Por lo tanto, el bonsái siempre debe regarse generosamente y colocarse en un recipiente poco profundo con agua en verano. A la hora de regar utilizar agua de lluvia con la menor cantidad de cal posible y pulverizar por toda la planta. De lo contrario, el árbol recibe un fertilizante líquido para bonsái de base orgánica (16,00 € en Amazon) durante el período de crecimiento.
Cortar y cablear / dar forma
Para obtener la forma típica de un bonsái, las ramas, ramitas y brotes deben cortarse aproximadamente cada seis u ocho semanas entre mayo y septiembre. El hábito de crecimiento deseado se consigue alambrando con alambre de aluminio, aunque hay que tener mucho cuidado con el ciprés calvo. Las ramas son bastante quebradizas y por lo tanto no se pueden trabajar demasiado. Retire el alambre a más tardar a mediados de mayo; de lo contrario, la aparición de un crecimiento espeso dejará marcas antiestéticas en las ramas y ramitas.
Trasplante
El ciprés calvo crece bastante lentamente y, por lo tanto, sólo es necesario trasplantarlo cada tres años. Definitivamente se deben recortar las raíces para mantener el equilibrio entre el crecimiento de la corona y la raíz. La maceta ideal mide aproximadamente dos tercios de la altura del árbol. El momento adecuado para trasplantar es la primavera, aunque todavía puedes trasplantar el árbol en septiembre.
Consejo
Los cipreses calvos son muy adecuados para el bonsái no solo por su apariencia, sino también por su robustez. Las enfermedades y plagas fúngicas son muy raras.