Las plantas de mimosa no son necesariamente las más adecuadas para cultivar como bonsái. Mimosa es muy sensible y rápidamente se ofende por un trato incorrecto. Sin embargo, si tienes suficiente experiencia en el cultivo de bonsái, puedes intentarlo.
¿Las mimosas son adecuadas para el cultivo de bonsái?
Las plantas de mimosa no son adecuadas como bonsái porque son sensibles y requieren mucho cuidado. El corte se tolera mal y el cepellón no debe secarse ni estar demasiado húmedo. La experiencia en el cuidado del bonsái es útil para un cultivo exitoso del bonsái mimosa.
Mimosa no crece muy alto
En general, las mimosas, a diferencia de los árboles u otras plantas de interior que se cultivan como bonsáis, no crecen muy altas. Alcanzan un tamaño máximo de 50 centímetros.
Las mimosas bonsái son, por tanto, plantas muy pequeñas que necesitan una buena ubicación para ser efectivas.
Dado que las mimosas ya son muy sensibles y no reaccionan bien a pequeños errores de cuidado o ubicaciones incorrectas, no vale la pena que los principiantes cultiven una mimosa como bonsái. En el mejor de los casos, los jardineros experimentados que puedan cumplir con todos los requisitos de cuidado y ubicación deberían intentar este experimento.
Una mimosa no tolera bien el corte
Un gran problema al mantener una mimosa como bonsái es que la planta no tolera bien que la corten. Durante el primer año no se puede acortar en absoluto.
La poda se puede realizar a partir del segundo año, pero sólo con cuidado. Las ramas se pueden cortar directamente sobre el tronco. El cableado no funciona con las mimosas.
Para que la mimosa siga siendo pequeña, hay que trasplantarla periódicamente. Las raíces se pueden recortar.
Cuidar adecuadamente la mimosa como bonsái
- Regar correctamente
- fertilizar ocasionalmente
- poda anualmente
- trasplante
Cuando riegues mimosa como bonsái, asegúrate de que el cepellón no se seque por completo ni esté demasiado húmedo. El riego se realiza sólo cuando la capa superior del suelo se haya secado.
Cocohum (2,00 € en Amazon) se recomienda como sustrato, ya que no contiene nutrientes y la mimosa crece más lentamente. Para ello, la planta debe ser fertilizada regularmente.
La mimosa pasa el invierno a temperaturas cálidas entre 18 y 22 grados. Debe estar en un lugar luminoso, pero sólo debe recibir sol directo por la mañana y por la noche. Es posible que sea necesario aumentar la humedad.
Consejo
Al trasplantar una mimosa, asegúrese de que la maceta nueva no sea mucho más grande que la anterior. Las flores de mimosa solo florecen de manera particularmente hermosa cuando el cepellón es algo limitado.