No en vano, el acónito azul (Aconitum napellus) también recibe el nombre común de “muerte de la cabra”: después de todo, esta planta es una de las plantas perennes más venenosas de toda Europa, con una concentración de veneno en el siendo las raíces y las semillas las más altas.
¿Son venenosas las semillas del acónito?
Las semillas del acónito azul (Aconitum napellus) son muy venenosas porque contienen altas concentraciones de aconitina y otros alcaloides. El envenenamiento puede provocar náuseas, sensibilidad al frío, arritmias cardíacas, calambres, parálisis e insuficiencia circulatoria.
Ten cuidado al sembrar acónito en el jardín
Antes de sembrar el acónito, debes considerar si la planta representa un peligro para los niños que juegan en tu jardín. Dado que las semillas de acónito son germinadores oscuros, sembrarlas directamente en la cama no representa un peligro inmediato para las mascotas que deambulan libremente por el jardín. Sin embargo, el simple hecho de tocar la planta puede provocar entumecimiento, incluso en la piel ilesa. Los posibles síntomas de intoxicación (debido a aconitina y otros alcaloides y alcalinas) cuando se consumen son:
- náuseas severas
- Sensibilidad al frío
- Arritmias cardíacas
- calambres severos
- Parálisis
- Parálisis circulatoria que provoca la muerte (mientras está completamente consciente)
Guarda las semillas de forma segura
Para que los niños o las mascotas no tengan accidentes con las semillas del acónito, conviene guardar las semillas compradas y cosechadas por uno mismo en un lugar especialmente cerrado y claramente marcado hasta la siembra. También es una buena idea podar las plantas inmediatamente después de la floración para que no se puedan formar semillas.
Consejo
También debes tener cuidado al dividir y trasplantar el acónito para su rejuvenecimiento y propagación. Incluso pequeñas cantidades de la raíz pueden tener un efecto extremadamente tóxico si las ingieren mascotas como perros o conejos. Por lo tanto, las raíces deben volver a colocarse en el suelo rápidamente al trasplantar y nunca dejarse desatendidas.