La rosa de Jericó (Anastatica hierochuntica), también conocida como rosa del desierto o rosa de María, es una planta anual del desierto que crece un máximo de diez centímetros de altura. Está particularmente extendido en el norte de África y la Península Arábiga. Existen numerosos mitos en torno a la rosa de Jericó, ya que aparentemente esta planta de aspecto seco siempre puede revivir. Hay una razón especial para esto.
¿El agua tibia es adecuada para la Rosa de Jericó?
La Rosa de Jericó no se debe “revivir” con agua tibia o caliente, ya que esto daña la planta y reduce el número de posibles “revivimientos”. En su lugar, se debe utilizar agua fría para desplegar las hojas con más suavidad.
Por qué la Rosa de Jericó puede “revivir”
En sus países de origen, la rosa de Jericó, de aspecto bastante discreto, florece entre los meses de marzo y abril, tras lo cual se forman numerosas vainas con diminutas semillas de 1,5 milímetros. Para proteger estas semillas del cálido sol del desierto y, por tanto, de la desecación, la planta moribunda se enrolla y se despliega de nuevo en cuanto llueve. Sin embargo, esto no es una verdadera “resurrección”, sino más bien un proceso físico.
Revive la rosa seca del desierto
Puedes hacer este “renacimiento” en casa colocando la planta bien seca en un recipiente con agua fría. Con agua tibia o caliente, las hojas se abren mucho más rápido, pero dañarás la rosa de Jericó. Como resultado, el “avivamiento” no se puede repetir un número ilimitado de veces (como con agua fría), sino sólo unas pocas veces.
Consejo
No dejes la Rosa de Jericó en agua por más de una semana o se enmohecerá. Luego secar bien nuevamente y dejar reposar al menos tres meses.