Persistente y robusta: así es la aguileña. Pero también colorido, delicado y elegante. Pero hasta que sus flores no se hayan formado, es difícil para el profano reconocerlo. Sus hojas son todo menos ordinarias
¿Cómo se ven las hojas de aguileña?
Las hojas de aguileña son dobles tripartitas, lobuladas redondeadas y con muescas en el borde. Las partes superiores son de color verde azulado, las inferiores son de color verde grisáceo y están cubiertas de finos pelos. En primavera emergen pequeñas rosetas que luego se convierten en hojas basales de tallo largo y hojas de tallo sésiles.
Las hojas a lo largo de la temporada de crecimiento
En primavera, generalmente a partir de marzo, a la aguileña le brotan sus hojas. Cuando son jóvenes, las hojas parecen pequeñas rosetas. Son de color verde claro y se oscurecen con el paso de las semanas. Una vez finalizado el período de floración en pleno verano y se forman las semillas, las hojas se marchitan. La aguileña se retira a su rizoma.
Cómo se pueden reconocer las hojas
Las hojas verdes de verano de la aguileña perenne crean una imagen herbácea junto con los tallos. Las hojas forman una roseta en la parte inferior. Allí tienen tallos largos. Son dobles, triples, lobuladas redondeadas, con muescas en el borde y parecen pinnadas.
Tallos largos brotan de la roseta basal. Aquí también hay hojas. Sin embargo, estos son sésiles. Además, su forma es ovalada alargada y no tienen muescas en el borde. Tanto las hojas del tallo como las hojas basales son de color verde azulado arriba y gris verdoso abajo. También hay pelos finos en la parte inferior.
¡Las hojas son venenosas
Tan solo 20 g de hojas frescas pueden causar síntomas de intoxicación después del consumo. ¿Por qué? Las hojas son venenosas y contienen, entre otras cosas, la sustancia tóxica magnoflorina y un glucósido que forma cianuro de hidrógeno. Entre otros, pueden manifestarse los siguientes síntomas:
- Calambres
- Problemas respiratorios
- Diarrea
- Náuseas seguidas de vómitos
- Arritmias cardíacas
¿Usar las hojas para té o cataplasmas?
Pero si secas las hojas o las calientas, no tienes que preocuparte por las toxinas. Se destruyen secándolos o calentándolos. Por ejemplo, las hojas se pueden utilizar para té o cataplasmas. Ayudan con el reumatismo, forúnculos, gota y úlceras, entre otras cosas.
Consejos y trucos
Las hojas son mucho menos venenosas que las semillas. Sin embargo, al manipularlos, como al trasplantarlos o cortarlos, es mejor usar guantes protectores de jardinería (9,00 € en Amazon). De lo contrario, pueden aparecer áreas de piel irritadas.